domingo, 22 de noviembre de 2009

Matanzas Obreras" en la historia de Chile

Mov. Obrero

Miguel L.

13 de mayo de 2007

Hace algunos días, en el marco de la huelga de los trabajadores forestales de Arauco, el gobierno de Bachelet se ha cobrado su primer mártir obrero; la muerte del joven trabajador Rodrigo Cisternas Fernández. Aquel, así como también otros luchadores populares asesinados por los gobiernos de la Concertación en los últimos años (Daniel Menco y Claudia Lopéz), han sido las primeras víctimas mortales de la represión del Estado burgués bajo la democracia post-dictadura. Estas muertes, lejos de constituir un “hecho aislado” o ser un suceso “lamentable”, son parte de una “rica tradición” de represión anti-obrera y anti-popular en la historia de nuestro país. La represión en contra de los trabajadores y sus luchas, las matanzas obreras y populares, la persecución y eliminación de dirigentes sindicales y de militantes de izquierda, han sido prácticas comunes a la mayoría de los gobiernos “democráticos” que han existido en Chile hasta hoy (y no solo de la Dictadura de Pinochet o de los gobiernos de corte autoritario). Inclusive, aquellos gobiernos que han sido catalogados como los “más democráticos”; por ejemplo, el gobierno de Balmaceda a fines del siglo pasado, tienen a su haber un importante historial de actos represivos en contra de los sectores populares.

-Un pequeño recuento…O lo que significa la “Democracia patronal” para los trabajadores y el pueblo
Sin tomar en cuenta la muerte del obrero Rodrigo Cisternas al calor de la huelga de los trabajadores forestales de Arauco, la de Daniel Menco en una manifestación universitaria en el norte y la de Claudia Lopéz, en una protesta poblacional, durante los últimos años, la historia de las matanzas obreras y populares hunde sus raíces hasta el nacimiento mismo de Chile como país “independiente”.
Hace algún tiempo, los años 80 y 70 se caracterizaron por un brutal y sistemático exterminio de lo mejor y más avanzado de la lucha obrera y popular de aquellos momentos. La muerte de militantes de izquierda y de luchadores obreros y populares, la tortura y el desaparecimiento de los mismos, la represión generalizada, fue una práctica cotidiana, usual, de la Dictadura de Pinochet en contra de los mismos. Lo anterior, sobre todo durante el periodo del estallido de las protestas anti-dictatoriales a mediados de los 80 y durante los años posteriores al golpe militar de 1973.
Durante el gobierno del demócrata cristiano Frei Montalva, durante la década de los 60, la matanza en contra de un grupo de pobladores que se habían tomado unos terrenos en la llamada “Pampa Irigoin” (pertenecientes a la familia de ese nombre), y la masacre de “El Salvador” (en contra del movimiento huelguístico que se dio en aquel mineral), fueron las muestras más importantes de la actividad represiva de aquel periodo. Así también, la masacre perpretada en contra de un grupo de más de treinta mil pobladores de la José María Caro (el 19 de diciembre de 1963), bajo el gobierno del derechista Jorge Alessandri, como la matanza que efectuó (durante el año de 1957) el gobierno del ex-militar Carlos Ibáñez del Campo, en contra de la llamada “Revuelta de la Chaucha”, asesinando a más de treinta personas, son un “ejemplo” del verdadero rostro anti-obrero y anti-popular de aquellos gobiernos “democráticos”.
Durante la década de los 40, la actividad represiva del gobierno de González Videla; por ejemplo, en contra de las huelgas mineras y del salitre de aquellos años, se caracterizó por la construcción de una serie de “campos de concentración” (como los de Pisagua), como también por la persecución de los partidos y militantes de izquierda (principalmente, la actividad represiva en contra del Partido Comunista ). Estas prácticas represivas, en las que se educó el entonces joven militar Augusto Pinochet , se dieron, ¿contradictoriamente?, en el marco de la promulgación de la llamada Ley de defensa de la democracia (demostrando, “en pocas palabras”, lo que significa para los trabajadores y el pueblo la defensa de la democracia burguesa). Durante estos años, igualmente, en el marco del gobierno provisional de Alfredo Duhalde (en el contexto de los llamados gobiernos de “Frente Popular”), al calor de un importante movimiento huelguístico de los mineros del cobre, el salitre y del carbón, es que se produjo la llamada “Matanza de plaza Bulnes”. Aquella, una de las más importantes del periodo, fue perpetrada por tropas de infantería en contra de un mitin convocado por la Confederación de Trabajadores de Chile, el 28 de Enero de 1946.
Durante las dos décadas anteriores; la serie de matanzas que impulsó el Presidente Arturo Alessandri Palma; la “Masacre de Ranquil”, producida en junio de 1934 en el alto Biobío, la cual afectó a varios miles de obreros y pobladores de aquella zona; la “Masacre de La Coruña” y la “Masacre de la Marusia”, las que se produjeron en contra de la lucha de los obreros de aquellas oficinas salitreras, en junio y marzo de 1925 respectivamente, como también la matanza obrera de la oficina salitrera de “San Gregorio”, en febrero de 1921, fueron algunas de las más conocidas por aquellos años. Estas, junto otra serie de acciones represivas; por ejemplo, el asalto a la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), en 1921, y el incendio de la Federación Obrera de Magallanes bajo el gobierno de Juan Luis Sanfuentes, en 1920, así como también la persecución que aquel gobierno llevo a cabo en contra de las manifestaciones estudiantiles durante ese año, ocupando para ella a las Fuerzas Armadas, fueron algunas de las más “características” de aquellas décadas . Durante esos años, además, podemos mencionar la matanza obrera de Puerto Natales (también bajo la presidencia de Juan Luis Sanfuentes), la que fue dirigida en contra de la experiencia de poder obrero y popular que se dio en aquella ciudad en el año 1919 (liderada por los trabajadores de los “Frigoríficos de la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego”). Así también, por otro lado, la represión de la experiencia de la “Asamblea Obrera de la Alimentación Nacional” (AOAN) unos pocos años después.

Finalmente, durante los primeros años del siglo XX; la “Matanza de la Escuela Santa María” durante el año 1907, en Iquique, como también la oleada represiva de aquel año y del anterior en contra del movimiento huelguístico que afectó a las oficinas salitreras de la zona, bajo la presidencia de Pedro Montt, fueron una “pequeña muestra” de la abundante historia represiva de aquel periodo. Anteriormente, la llamada “Semana Roja”, una matanza perpetrada por el gobierno de Germán Riesco en contra de una semi-insurrección popular en Santiago, la cual se había producido en protesta por el aumento del precio de la carne, tampoco fue un hecho aislado durante estos años. De hecho, los últimos años del siglo XIX y los primeros del siglo pasado, han quedado registrado como algunos de los más ferozmente represivos de la historia de Chile.

-Conclusiones
La historia “institucional” de nuestro país ha estado plagada de hechos como la reciente muerte del trabajador Rodrigo Cisternas. No solo la Dictadura o los llamados gobiernos “autoritarios”, sino que los más distintos gobiernos democrático-burgueses, y sus partidos políticos, han avalado formas similares de represión anti-obrera y anti-popular. Aquellas han resguardado, una y otra vez (“por las armas”) el llamado “orden constitucional” (que es un orden patronal), defendiéndolo de la amenaza que ha representado para el mismo la lucha de la clase obrera y del pueblo. Por otro lado, cada vez que los sectores obreros y populares han podido avanzar en su organización y en sus procesos de lucha, han terminado por cuestionar las bases del orden democrático en su conjunto; es decir, a cuestionar la bases mismas de existencia del Capitalismo. Así pasó, por ejemplo, en los años 70 con el surgimiento de los “Cordones Industriales” y las experiencias de poder obrero y popular del periodo. Finalmente, a futuro, lo más probable es que de avanzar la lucha de los trabajadores y el pueblo, aquella se deberá enfrentar a los mismos métodos que los gobiernos dictatoriales, autoritarios…y democráticos, han desplegado en su contra. Y es que las Fuerzas Armadas (la institución armada de la clase patronal), y también la Democracia “para ricos” imperante; ósea, una democracia basada en la explotación de los capitalistas en contra de los trabajadores y el pueblo, no dudará un segundo en aplicar los más brutales métodos anti-obreros en su defensa.

-Notas:
1 Bajo el gobierno de este último, en el contexto de la oleada represiva que su gobierno desencadenó en contra de la huelga general de 1890, se perpetró una importante masacre de trabajadores.
2 De hecho, los llamados “Héroes” de nuestra “Independencia”, como Bernado O’higgins, se caracterizaron por una serie de prácticas políticas de marcado carácter anti-popular. Este último, por ejemplo, aplicó en gran escala el llamado reclutamiento forzoso, castigando la resistencia al mismo con el fusilamiento. Así también, dichas prácticas fueron una de las características “habituales” del ministerio de Portales, quién instauró una serie de formas de tortura pública para castigar la “insubordinación” al Estado; entre otras, las llamadas prisiones móviles. La catalogada “Epopeya” de la Guerra del Pacífico requirió, entre otras cosas, de una variada gama de métodos anti-populares para reclutar tropas y para su financiamiento.
3 Paradójicamente, es este mismo Partido el que había llevado, junto al Partido Socialista y al Partido Radical, a Gabriel Gonzáles Videla al poder. El PC, de acuerdo a su estrategia de colaboración de clases, había catalogado a este último como un consecuente “defensor de la democracia” y un esforzado “luchador anti-imperialista”. Algo similar pasaría, más tarde, con Pinochet y con los sectores “democráticos” de las Fuerzas Armadas, descritos por Allende y el PC como “defensores de la Constitución”. En el caso de Videla, la lucha anti-imperialista se traduciría en un alineamiento total de Chile atrás de Estados Unidos.
4 Conocida es la experiencia de la llamada “Escuela de las Américas”, una instancia de entrenamiento ideológico y militar que permitió la capacitación de importantes sectores de las Fuerzas Armadas de América Latina en su lucha contra de los procesos de lucha obrera y popular del periodo. Esta institución, financiada por el imperialismo yanqui, fue un importante lugar de reclutamiento y formación (entre las décadas 50 y 80) de aquellos cuadros militares que posteriormente servirían como la “columna vertebral” de los regimenes dictatoriales en América del Sur. Basta con mencionar, en el caso de nuestro país, el hecho de que Augusto Pinochet fuera uno de los que “complementó” su formación en dicha “Escuela”.
5 Durante estos años, además, se produjeron otra serie de importantes respuestas represivas de parte de los gobiernos de turno. Entre ellas cabe mencionar, por ejemplo, la represión del alzamiento de la Escuadra, en 1931, el que había contado con el apoyo de las organizaciones obreras y populares de aquel entonces.

-Fuentes:
-Patricio Manns, Chile: Una Dictadura Militar Permanente (1811-1999), 1999, Editorial Sudamericana
-“III Manifiesto de historiadores”, 2007, Por Comité de Iniciativa

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